Jamás voy a admitir que estoy siguiendo apasionadamente el desempeño del equipo argentino en el Mundial de Básquet de Turquía 2010 ;-)
No es extraño que los organizadores del Mundial hayan elegido un gato como mascota. Como comprobarán los asistentes al Mundial, los felinos son dueños y señores de las calles, especialmente en Estambul, y los turcos los adoran y los cuidan como si fuesen miembros de la familia. Pero el gato de Van es algo más. Es un fenómeno de la naturaleza. [fuente: espn-deportes]
Podremos discutir si gráficamente está bien resuelto o si sus apariciones públicas son todo lo feliz que se quisiera... pero no se podrá decir que la mascota del mundial de básquet no está diseñada. Desde el nombre, pasando por su cabeza en forma de la luna de la bandera del estado; hasta su concepto, inspirado en la raza de gatos Van Turco, especie autóctona y lamentablemente en peligro de extinción por culpa del tráfico animal.
Así es, se los llama "gatos nadadores" porque no le temen al agua y no sólo eso: suelen darse chapuzones en el Lago Van. Son inteligentes, ágiles, leales y cariñosos, y tienen la particularidad de tener -en muchos casos- un ojo de cada color. Desde la antigüedad se los considera de muy buena suerte. Se dice que cuando el Arca de Noé llegó al monte Ararat y el gato de Van salto a tierra, Dios lo tocó con su mano derecha y lo bendijo. ¡Qué la suerte acompañe a esta hermosa especie para que pueda seguir su evolución sobre la faz de la Tierra! Y en el deporte… pues, ¡Qué gane el mejor! ;-)