Por suerte para los diseñadores de packaging, ciertos mercados son muy propensos a la innovación constante. Ocurre con los vinos pero no en todos los países, ni en todas las culturas. En las que sí pasa, los condicionantes del género parecieran virtualmente estar desapareciendo. Hoy no es tan difícil ver ilustraciones de autor -por ejemplo- en las etiquetas; Tal es el caso de la firma australiana Mollydooker, que encomendó al estudio MASH el diseño de toda su línea de productos. Ellos confiaron en el dibujante John Englehardt para recrear un estilo retro apoyado en los personajes de marca y de los cuentos de las décadas del 50 y 60. Asumieron el desafío de no utilizar fuentes digitalizadas para la composición de textos (que se realizó a mano). En el site de la empresa pueden verse en detalle cada uno de estos envases.
Visto en The Dieline.