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Hasta la frase que oficia como copete de la nota -publicada ayer por el matutino La Nación- genera polémica: "El objetivo del diseñador no es darle al cliente lo que él piensa que quiere, sino lo que nunca soñó que quería". El cronista se la atribuye a Alan Fletcher... un comentarista de la nota dice que pertenece a Geoffrey Broadbent.
El diseño gráfico no es imprescindible: es inevitable.
Como sea, Shakespear parece ubicarse cada vez que habla en ese lugar controversial que sólo ocupan las personalidades. Sería necio negar -les guste o no a muchos colegas- que el diseño argentino tiene una influencia importante en el trabajo de su estudio. Sería como negar, por ejemplo y salvando las distancias, que Sarmiento modificó radicalmente la forma de concebir a la educación en Argentina.
Muchas veces me piden un bote, pero lo que necesitan es cruzar un río.
En lo personal no acuerdo con muchas de las cosas que dice Ronald Shakespear, tampoco con algunos programas que su estudio implementó. Pero no puedo negar que hay una línea de pensamiento atrás, no puedo negar la permanencia en el tiempo, la capacidad para adaptarse y ocupar espacios que, lo queramos o no, son espacios ganados para el diseño gráfico. Nada más. Los invito a leer la nota. Ahora me toca que me peguen a mi :) "No arrugues que no hay quien planche" (frase utilizada por el Estudio Shakespear en su tarjeta de fin de año)
Gracias Marcelo (¡!).
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