Si hubiera una fecha para rendirle culto al pseudo-estilo kitsch esa fecha sería muy probablemente el Día de San Valentín (14 de febrero), día mítico donde circulan, disfrazados de buenos sentimientos, los más patéticos packagings con forma de corazón forrados en raso, cintas doradas y plateadas, flores de plástico, y los más horrorosos peluches jamás fabricados. Todo, sin olvidar jamás las tarjetas de salutación, otro prodigio de cursilería barata al alcance del bolsillo. Tal vez piensen que exagero... los invito a analizar minuciosamente las piezas que nos entrega el usuario Froggyboggler, y a imaginarnos regalando al ser querido algo semejante :)
Visto en Uppercase.
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