Levanté la noticia de un artículo publicado este domingo (08 de junio) por el matutino
Clarín. Me pareció interesante relacionarla con
un post anterior que publiqué en El Burlador cuando acababan de darse a conocer las que serían
las mascotas oficiales de los Juegos Olímpicos de Beijing 2008, cuando "todo era optimismo".
La nota de Clarín hace mención a la ola de superstición que circula -en el oriental país- en relación a los
Fuwa que, como sabemos, están inspirados en seres de la naturaleza. En estos últimos meses una serie de desastres climáticos y protestas sociales, han golpeado muy fuerte en algunas regiones del país organizador. Pues, la creencia popular ya ha encontrado la correlación de cada personaje con un desastre acontecido. Hace bastante tiempo que no tenemos unas Olimpíadas tan cargadas políticamente, es difícil tratar de leer con neutralidad cualquier información que
las involucre. China se ha convertido en ese gran gigante al que hay que respetar y en la encarnación del "otro", de lo desconocido y de lo opuesto a una supuesta "forma de ser global". En tal sentido resultaría mucho más interesante el análisis antropológico de todo lo que está movilizando este evento.