Hay algo de la fotografía que conmueve más allá de la perfección técnica, de la composición y de sus cualidades estéticas: es el efecto de realidad. Una fotografía fuera de foco, movida, etc. puede hablarnos de un fotógrafo no profesional puesto en situación y del registro espontáneo, apurado por la circunstancia o por el riesgo.
Ese algo precede a la observación del conmovedor Album de Auschwitz, cuando sabemos que se trata de fotos tomadas por los soldados alemanes de las SS. Uno no puede evitar leer en esas miradas a cámara, el miedo, la incertidumbre, la desazón...
Este testimonio descarnado forma parte de una colección donada a la organización Yad Vashem por Lilly Jacob-Zelmanovic Meier. Gracias, Marcelo (¡!).
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