Este artista japonés desarrolló un estilo propio que combina lo retro, con lo cósmico, con elementos infantiles (como juguetes y personajes), con símbolos místicos y religiosos. Todo eso se funde en un ambiente onírico, casi surrealista, creado y reforzado por una paleta de colores que alterna entre los colores vibrantes casi fosforescentes, y una gama de tonos pastel esfumados. Su site propone un recorrido por varias de sus obras a la vez que publicita las exposiciones recientes, como la actual, en Copro Nason Gallery, de Santa Mónica, California.
Visto en La Petite Claudine.
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