Ayer también fue el Día del Maestro en Argentina. Una fecha que en lo personal me despertaba más odios que amores y que, sin embargo, ayer ha tenido en mí un "efecto paradojal". Digo esto, en primer lugar, porque este año desgraciadamente he visto partir a uno de mis profesores más queridos, hablo de Roberto Meisegeier (ver newsletter udgba N°17 de marzo de 2006); y en segundo lugar porque desde hace un tiempo estoy involucrado personalmente en la tarea docente. Tarea que, por otra parte y para mi sorpresa, llevo adelante con mucha satisfacción, al lado de un colega a quien aprecio mucho, que a la vez es mi maestro en el oficio de enseñar: Carlos Carpintero.
Pero empecé este post hablando del Día del Maestro. Pues en la universidad donde impartimos clases se realizó una ceremonia para homenajear a algunos profesores que habían marcado un hito en la vida de los ahora docentes del establecimiento. Carlos propuso a quien fuera su maestro: Lorenzo Amengual. Debo decir que lo he escuchado varias veces hablar sobre "el Lolo" y sinceramente tenía muchas ganas de conocerlo en persona. Me pude dar el gusto en la ceremonia de ayer.
Podría escribir algo sobre el Arq. Amengual ahora... No obstante me pareció que no había nadie mejor para hablar sobre él que el propio Carlos Carpintero. Se lo pedí; me envió el texto prontamente; tengo el material en mi poder. Apenas tenga las fotos de la ceremonia, voy a subir a El Burlador esta colaboración de lujo: el homenaje de un profesor a otro. En lo que a mi respecta, mi homenaje a los "profes" que nombré termina aquí.
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