Tal vez no sea necesario recordarlo pero, para los que se suman este año a la movida, les cuento que el Día de Acción de Blogs promueve durante este día la reflexión sobre un tema de interés social. Aportando ideas, sumando información, difundiendo proyectos, entre todos podemos cambiar algo, o al menos instalar el tema entre la gente que nos lee.
Vivo en un país con una cantidad importante de pobres. Pobres entre los pobres, los pobres naturalizados: aquellos que no tienen ni van a tener elementos para poder revertir su situación a lo largo de toda su vida. Ésta es la pobreza que más me preocupa y, desde ya, la más difícil de erradicar. Pesa sobre estas personas no sólo la "carencia de" sino -en muchos casos- la real "consciencia de la carencia". La falta de perspectiva da lugar a que se acepten situaciones que horrorizarían al ciudadano medio de la mitad más rica del mundo.
La peor pobreza es además la pobreza de valores. Es falta de educación pero al mismo tiempo es falta de valoración sobre la educación escolar y su poder transformador. Otro tanto ocurre con el trabajo. Los pobres desahuciados ni siquiera ven en el trabajo un pasaporte hacia una forma de vida digna. Las fórmulas que se les presentan -en cambio- pasan por el azar, el éxito deportivo o la ficción, cuando no por la delincuencia. Por lo general, agotados todos estos caminos, la única vía que se les presenta es la de la evasión mediante las drogas o el alcohol.
Ahora bien... ¿Qué hacer? ¿Dar limosna es una solución? Alguna vez me tocó dar un taller para chicos en un barrio carenciado. Lo que más me sorprendió de esta experiencia fue el efecto multiplicador de enseñar algo. Cualquier mínimo saber genera en quien lo recibe un crecimiento en la autoestima y un cambio de actitud. Desde entonces, cada vez que quiero ayudar a alguien pienso si eso que le estoy dando puede generar un cambio, o nada más retroalimenta el círculo vicioso. Claro que no siempre estamos llamados a intervenir de la mejor forma en la vida de estas personas, pero hagamos el ejercicio y vamos a encontrar más de una acción que sí podemos tomar y si no... seguramente hay alguien que sí lo está haciendo y tal vez necesite ayuda.
Me hizo pensar en esto la nota de Beatriz Sarlo del último domingo en la revista Viva de Clarín: "Postales nocturnas desde la parada del colectivo". A los que quieran una reflexión inteligente, los invito.
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