No... no fue
WalMart... tampoco
Forrest Gump... La historia es un poco menos espectacular de lo que le gustaría a los editores.
Harvey Ross Ball era un diseñador free lance norteamericano, nacido en
Worcester. Corría diciembre del año
1963 cuando una compañía de seguros le encargó una campaña interna para levantar la moral de sus empleados. Harvey diseñó varias piezas entre las que se encontraba una síntesis de una cara sonriente sobre fondo amarillo. Una de las piezas, que sólo le llevó 10 minutos diseñar, era un
pin circular con la mencionada carita.
Cobró 240 dólares por toda la campaña y
45 por esa pieza en particular. Claro... nunca se le ocurrió, ni a él ni a sus clientes, registrarla con derechos de autor.
En los 70´s hacen su aparición los hermanos
Bernard y Murray Spain, dueños de la compañía de tarjetas de salutación Hallmark. Ellos "tomaron" (en 1971) el diseño de Harvey y le agregaron la frase “Have a Happy Day”. A fin de ese año habían vendido más de 50 millones de pins con el "Smiley". Pero la historia no termina acá. En
1972, casi en paralelo, un periodista francés,
Franklin Loufrani, sí registró comercialmente la marca y comenzó a usarla en el periódico France Soir. En 1996 el hijo de Loufrani decidió crear un imperio a partir del signo y así nació
Smiley Company. Hubo batallas legales entre Loufrani; una radio de New York que utilizó la marca en los 60´s, el hijo de Harvey Ross Ball (quien también fundó su fundación, la "
Harvey Ball World Smile Foundation"); Walmart... Podríamos seguir: se ha tomado con sentido irónico como protesta a la Guerra de Vietnam, apareció en la tapa del
Episodio Nro. 1 del comic Watchmen, en píldoras de
éxtasis dentro de la cultura rave y en los
emoticons (por nombrar sólo algunos usos) Lo importante: de un trabajo de 10 minutos surgió uno de los símbolos universales más reconocidos del último siglo
¡Te lo debemos, Harvey!
Visto en
Neatorama.