Algo así como Flor eléctrica (perdón por la traducción); ése es el nombre de la serie que el fotógrafo Torkil Gudnason realizó sobre flores. Ahora bien, la clave es que se preocupó de alterar adrede su color a través de luces de estudio, de neón y operando con las temperaturas en cada exposición ¿El resultado? una visión onírica y alucinógena que lleva a la percepción a preguntarse todo el tiempo por lo que es naturaleza y artificialidad. Los invito...
Visto en Ideafixa.
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