No escribimos para intelectuales; escribimos para la vecina de barrio, para los viejos de todos, para el comerciante, para el tipo que está harto de todo… Si a alguien no le gusta, lo entiendo…¿Nos llaman cursis? Sí, ¡lo somos! Cambio la sonrisa de Morocha, la costurera de mi barrio, cuando lee la frase de su cuadra o de Miguelito, el mecánico. Para ellos escribimos.
Pared blanca, letras a mano con pincel y pintura negra, y frases de no más de ocho palabras. Sólo eso fue necesario para que Fernando Ríos echara a andar (el 23 de agosto de 2012) en Tucumán, el correlato de un movimiento que empezó en Monterrey (México) y que se ha expandido a otras capitales como Montevideo (Uruguay) y Santiago de Chile. Aquí y acá algunos ejemplos de lo que lleva producido este colectivo.
Visto en Artivismo.
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