Una nota muy interesante publicada por COLOURlovers cita un estudio dado a conocer en diciembre de 2006 por el Periódico de Investigación del Consumo (Journal of Consumer Research). En él se sometió a un grupo de personas a diferentes tests de sabor para saber cómo reaccionaban a las variaciones de color en sus alimentos de consumo habitual. Se incorporó incluso, como variable, la aplicación de marcas conocidas contra otras ignotas y la adición de información sobre calidad en cada una de las muestras. El resultado fue inesperado: La aplicación de marca sobre dos muestras que contenían lo mismo no impidió a los sujetos identificar que efectivamente se trataba de lo mismo. Idéntico resultado se obtuvo con la información adicional. Pero, en cambio, cuando se pasó a las pruebas de color ocurrió que los sujetos empezaron a reaccionar al cambio cromático. Cuando se les sirvió jugo de naranja por un lado, y el mismo jugo pero con colorante artificial insípido por el otro, una buena proporción encontró cambios en el sabor que no existían. Algo similar ocurrió cuando a una de dos muestras de jugo se le agregó azúcar pero sin alterar el color y casi nadie pudo identificar el cambio operado.
La misma nota arriesga una hipótesis de origen biológico que... vaya uno a saber. A los que le interese el tema y se manejen bien con el idioma inglés los invito a leer el artículo original -y a desconfiar del jugo de naranja... sobre todo cuando "parece" jugo de naranja :)
Visto en COLOURlovers.
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