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17 de Octubre, Día Mundial de Rechazo a la Miseria. El Burlador prometió sumarse a esta fecha de reclamo global a los gobiernos del mundo para que cumplan con la promesa y articulen las políticas necesarias en pos de cumplir con los Objetivos de Desarrollo del Milenio.
La mía va a ser una reflexión muy breve. Hace algunas semanas -un sábado- estuve en un evento de diseño y animación que se celebró en el Centro Cultural Recoleta. Al día siguiente, grande fue mi sorpresa cuando advertí que la actividad estaba en tapa de uno de los diarios de mayor circulación nacional. La alegría me duró bastante poco. Cuando seguí hojeando el diario me encontré con una "notita" pequeña, casi intrascendente, en la sección de sociedad... La nota hablaba de que otro compatriota (ya suman 15 este año) perteneciente a una comunidad de pueblos originarios había muerto de desnutrición en mi país. Hablamos de visibilidad e invisibilidad. Rosa Molina (tal era su nombre) había sufrido semanas antes una sobreexposición mediática, su cuerpito maltratado expuesto por TV, había causado la indignación de varios televidentes que probablemente insultaron a los gobernantes de turno, a las instituciones, etc. Pero pasó... y todos nos olvidamos. Y Rosa Molina falleció olvidada y lejos de su tierra, en la ciudad de La Plata.
Corolario: ¿Se puede hablar de progreso, de crecimiento económico... mientras haya una sola persona que se muera de hambre? Si no fuera por Rosa Molina, los diseñadores deberíamos estar contentos de ser tapa de un diario. Pero, valga la reflexión, la nuestra es una herramienta que trabaja con la exclusión. Forma y contenido, medio y mensaje, significante y significado. Cada nota del decir gráficamente presupone siempre un afuera: lo no-dicho y los no-destinatarios de mi mensaje. Hoy, seamos conscientes de eso.
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