Burlado

Me gusta elogiar a los colegas que consiguen hacer el ejercicio de documentar un proceso de diseño y compartirlo a través del blog. Se me ocurre que es un medio especialmente propicio para hacer eso y que además impone una lectura crítica (autocrítica) hacia el quehacer del diseñador. Se puede aprender de otras experiencias, cotejar las propias y establecer algunas constantes...

Este caso me involucra. Casi como una ironía que el destino juega a quien practica la intervención de publicidades de vía pública, el graffiti, etc.

Hace poco me tocó diseñar un cartel informativo para ser colocado acompañando una urna de encuestas. Había que respetar determinadas pautas normativas que yo mismo fijé, respecto a color, ubicación del Escudo, materiales de soporte, etc. Ya se habían hecho otros carteles informativos de tamaño mucho mayor, ubicados a otra altura. Pues, como se trata de un organismo público, tuve que hacer el requerimiento para la contratación de la empresa proveedora del servicio gráfico. A diferencia de los primeros trabajos, propuse que la composición del texto estuviera impresa por serigrafía (anteriormente se había ploteado sobre vinilo autoadhesivo). Mis argumentos eran dos:

• Se ganaba en calidad ya que se trataba de varios carteles y, de usar vinilo, las letras iban a ser necesariamente pegadas manualmente. Por ende, se corría el riesgo de eventuales problemas de interletrado e interlineado.

• (y fundamentalmente) Al estar las letras de vinilo al alcance de la mano en una repartición pública se corría el riego de que las mismas fueran deterioradas y despegadas.


Pues ocurrió que mis razones al parecer no fueron suficientes. Se prefirió seguir con el vinilo. En fin, el texto que me habían entregado decía:

Su opinión nos interesa [...]

Claro... transcurridas las semanas me volvieron a llamar para que ubicara al mismo proveedor y le pidiera varios juegos de letras "s" minúsculas. ¿Qué había ocurrido? La gente despegaba la segunda "s" y así quedaba...

Su opinión no interesa [...]

:)