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Clase Turista propone una ruptura con lo estándar y lo previsible dentro del mercado editorial, e incursiona (a la vez) en el objeto-libro. Hoy salió publicada una nota de Melina Dorfman en el matutino La Nación, donde Iván Moiseeff (editor también de la revista Plan V) y Esteban Castromán -ambos precursores del proyecto- cuentan como surgió y las razones que los llevaron a apostar por una edición artesanal, de baja tirada, con una impronta tan vanguardista.
Por el momento tienen en circulación tres títulos: Horny housewife kidnapped, con tapa de repasador; ¡Salvad a Copito!, con tapa de peluche blanco; y Yaaa Aliiiiii, con tapa simil-sobre de papel madera y estampillas de Medio Oriente.
Clase Turista tiene que ver con recorrer diferentes sensibilidades, viajar un poco a la experiencia en primera persona de un africano, de un iraquí o de alguien con el que nos sintamos identificados
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