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Soy de los que piensan que cuidar la ortografía de un impreso cualquiera no es un detalle más. Una pieza compuesta y diseñada por nosotros que contiene errores es una muy mala tarjeta de presentación para futuros trabajos. Ni que hablar del valor didáctico que pudiera tener por ejemplo un libro de texto... estaríamos restando en vez de sumar. Particularmente creo que géneros como el cómic son de un valor muy importante como forma de acercar a los jóvenes a la lectura. Es una pena que a veces se ponga tan poca dedicación en la corrección de lo que se imprime.
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