Siempre se consideró que el gesto de dar la mano como saludo existe desde el principio de los tiempos y en distintas culturas. Los primeros registros pertenecen a un grabado en un trono del reino asirio de Salmanasar III en el siglo IX A.C. pero también aparece en La Ilíada (VIII A.C.) y luego en As You Like It de Shakespeare.
Ahora bien, recientemente los historiadores llegaron a la conclusión que el acto de dar la mano como saludo no aparece con certeza hasta mediados del siglo XIX. ¿Cómo es esto? Sencillo: en la antigüedad la acción de dar la mano significaba cerrar un trato o bien, enterrar las armas. Esto representa en el trono de Salmanasar que acuerda la paz con el rey de Babilonia luego de un levantamiento; Diomedes y Glauco -por su parte- acuerdan en La Ilíada dejar de intentar asesinarse el uno al otro. Se cree que estrechar la mano derecha era una señal de incapacitarla por un momento para usar el arma.
Hay otras vertientes: una se apoya en que Rebelais en su Gargantúa y Pantagruel (S. XVI) refiere una situación de dar la mano efusivamente en señal de amistad; otra, señala a los cuáqueros (S. XVII) como los instauradores de esta práctica. Ya en el S. XIX aparecen manuales de modales donde testimonian que el gesto se halla instalado en distintas sociedades europeas y destacan el sentido de ofensa cuando se tiende una mano que lleva un guante, por ejemplo.
Fuente: 1, 2, 3, 4 y 5.
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