Se fue... pero no se podrá ir nunca. Porque Mafalda y sus viñetas formaron varias generaciones de jóvenes pensadores críticos, disconformes... y a la vez profundamente optimistas y soñadores.
Alguna vez escribí en este blog -para los 50 años de Mafalda- que cuando empecé a viajar me sorprendió cómo se conocía al personaje en muchos lugares del mundo.
Es un día triste pero también de agradecimiento infinito. ¡Buen viaje tro-es-ma!
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