Un proyecto más que interesante y que invita a preguntarnos por el valor que se le asigna a la "usabilidad", dentro del diseño de la pieza libro objeto; libro que, sabemos, prioriza cuestiones como la apelación a los otros sentidos (además de la vista) y el uso no-convencional de la tipografía, encuadernación, formato de página, etc.
La propuesta -realizada por el estudio Fathom- contemplaba una reedición de Frankenstein, de Mary Shelley, pero... utilizando nada menos que 55.382 tipografías diferentes (¡!), en las 5.483 palabras y los 342.889 caracteres que contiene toda la obra. Conceptualmente: ¡vaya si tiene que ver con la idea de un monstruo formado por partes diferentes! La pregunta es por la amabilidad del texto compuesto de esta manera. Vean y saquen sus propias conclusiones.
Visto en Cuarto Derecha.
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