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Recuerdo un dato que me conmocionó cuando lo leí, en el -gran- libro Perdón, imposible de José Antonio Millán. Parece ser que cuando Cervantes envió a la imprenta el manuscrito original del Quijote éste no tenía casi signos de puntuación (¡!) Con lo cual el que corrigió y puntuó la obra máxima de la lengua castellana fue un anónimo tipógrafo (o "componedor", en esa época).
Los tiempos cambiaron. La tecnología, la informática, la enseñanza moderna... han hecho que muchos saberes como el dibujo y la ortografía no sean requisitos esenciales para ser un buen diseñador tipográfico. No obstante ¡Qué interesante sería repensar hoy a nuestra práctica desde ese cruce de conocimientos que antaño podían abarcar al arte, las matemáticas, la física, la química y -desde ya- a las letras!
Mañana quienes asistamos a t-convoca tendremos una excelente oportunidad de mirar al diseño tipográfico desde un lugar diferente. ¿La cita?:
¿Adónde va el punto? Ortotipografía y composición de textos | Horacio Gorodischer | Fundación Gutenberg, Belgrano 4299, Buenos Aires | Sábado 31 de Mayo, 11:00 horas.
