Uno de los grandes desafíos a que nos enfrentamos los diseñadores regularmente es el de convencer al cliente que, para comunicar el nombre de su producto, no es necesario caer en la literalidad. Tal vez no haya sido el caso de Gin Bulldog, no obstante, la brillante resolución por el estudio Flow Design es una lección de cómo se puede poner a trabajar tipografía, color y morfología del packaging, en pos de un concepto. Y lo que es más importante: sin redundar, y ser obvios en su partido gráfico (ver la sutileza con que está resuelto el elemento collar).
Visto en The dieline.
2 comentarios:
Muy buenas las dos ideas de las botellas... en lo particular, a simple viste, la que llama más la atención es la de Bulldog. La otra hay que mirarla más detenidamente.
Un saludo
Gracias, Andrea...
Un saludo. ;)
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