lunes, marzo 31, 2008

Intervención x 2


omposición con sección de fotografía de trabajo de Mark Jenkins y de pieza publicitaria intervenida por Diego MONO Grinbaum, de www.xmarkjenkinsx.com/flowersigns.html y de www.brandingfobia.com.ar/index_muestra.html respectivamente


(Lunes... hace falta algo de intervencionismo urbano para arrancar la semana). El primero es un "viejo conocido" de El Burlador: Mark Jenkins. Con una operación mínima, este artista norteamericano resignifica las señales de tránsito y propone una lectura novedosa del espacio público. [Visto en The Serif].

El segundo invitado es el colega Diego Grinbaum, quien presenta hasta el 26 de abril su exposición Tunin' la vida loca, en Le Bar (Tucumán 422, Ciudad de Buenos Aires). La muestra se compone de publicidades intervenidas con lettering, dibujo y collage. A través de ellas Grinbaum reflexiona de manera irónica sobre tópicos que circundan a la sociedad de consumo, como el exitismo y el vértigo de la vida ultramoderna.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

La muestra de Diego Grinbaum es excelente, se la recomiendo a todos!

Federico Díaz Mastellone dijo...

Gracias por el comentario Juan Pablo...

Yo ya fui. Voy a ver si puedo subir algunas fotos que tomé.

Un saludo.

Carlos Carpintero dijo...

Mono (Diego Grinbaum) me invitó generosamente a prologar su muestra. Comparto aquí el texto que le dediqué:

Más allá de la piel azul
por Carlos Carpintero

Hago mías las palabras de la Devoción
¿Por qué contemplar la imagen de un cráneo,
si ya llevo uno en el rostro?



La evidencia visual se presenta inicialmente como pequeña y delicada.
Un petit-mal recreativo, celebratorio del espectáculo massmediático.
Gracias e ingenios que invocan el catch y el tatoo.
Monitos rotulados de piel azul, bonitos, lindos, graciosos.

El lector atento podrá superar los artificios y descubrir que no hay piel, sino músculos expuestos con tatuajes de melanina. Es el pavor caligrafiado en la carne.

Una procesión derramada hacia afuera. Los corredores de tinta como metáfora de angustiosas esperas. El lettering recupera la función primera de la palabra escrita: su dimensión mágica. El conjuro.

El tunning anatómico no tiene pretensión de ensayo. No visita el lugar común del duelo por la humanidad ultrajada en la picadora del rise of the consumer culture. Ni hay elaboración de pérdidas siguiendo prescripciones psiconanalíticas.

Sin duda reconocemos huellas evidentes de cierta tragicidad en la consideración de la nuestra actualidad, pero no como pose planificada sino como insolente ejercicio propositivo.

Lo que resta es una obscena marcación de gestos contradiscursivos, que toman la palabra y luchan por hacerse escuchar. Cuerpos escritos instaurados como fronteras entre un afuera escenográfico, falto de entidad, y un adentro estrecho, sesgado y frágil, pero definido por una obcecada resistencia.

No hay síntesis: las posturas son irreconciliables, no negocian, se execran mutuamente. La mugre modelizada le disputa la soberanía al buen gusto publicitario.

Como la muerte, estas intervenciones nos muestran los dientes con muecas indecentes.

Federico Díaz Mastellone dijo...

Gracias, Carlos...

Un lujo de presentación, por cierto.

Un saludo.