El 10 de octubre salió publicada en el diario La Nación una nota titulada: "El Che Guevara sigue siendo un buen negocio". La firma Antonio Carioti (con traducción de María Elena Rey). La noticia hace foco en la reciente adquisición, por parte de la empresa Mondadori, de los derechos para la publicación en italiano de los 19 libros que escribiera Ernesto Che Guevara. La empresa es propiedad del ferviente anti-comunista Silvio Berlusconi, con la paradoja que esto implica, a no ser que "de negocios" se trate...
El artículo es interesante en varios aspectos: hablan dos traductores e investigadores de la obra de Guevara (Roberto Massari y Antonio Moscato), quienes describen el devenir de estos escritos, de mano en mano entre editoriales de origen australiano, italiano, francés y donde, la mayoría de las veces, primó el negocio económico al cuidado de la obra. Por ejemplo, en el libro "Otra vez" que contiene el diario del segundo viaje por Latinoamérica realizado por el Che en 1953, se llegó a traducir la palabra yerba (de yerba mate) como hierba como si se refiriera a la marihuana, con lo cual, dice Massari:
...el lector italiano puede llegar a pensar que era un adicto.
El problema no es quién publica a Guevara, sino el modo. En el contrato no hay ningún compromiso de realizar libros cuidados por especialistas que tengan el necesario escrúpulo filológico, por lo tanto se anuncia la enésima operación comercial absolutamente carente de rigor científico.
La nota termina con una anécdota curiosa aportada por Moscato:
Los jóvenes hinchas de Livorno, que llevan al estadio el retrato del Che, me han invitado a hablar de él. Y me di cuenta de que la gran mayoría no sabe ni siquiera quién era.
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