No es un producto real sino un proyecto -bastante interesante- del estudiante sueco Niklas Hessman. Su planteo tiene tres partes; uno: la ausencia de una línea premium de la conocida marca de papas fritas en tubo; dos: para que se diferencie de la línea tradicional, sólo presencia de blanco y negro en el packaging. Esta decisión descansa sobre el supuesto de que la morfología del envase y la presencia de marca en la misma ubicación, son elementos suficientes para el reconocimiento de Pringles.
Por último, tres: monocromía y austeridad en la composición tienen una segunda razón de ser, que puedan funcionar en la góndola de productos premium, para el mercado de Suecia. Todo suena muy lógico... ¿funcionaría? ¿Ustedes que creen?
Visto en Lovely Package.
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