Día de la Memoria 2011

Hoy recordamos otro aniversario (el número 35) del sangriento golpe de estado cívico-militar que hundió a la Argentina en un período de terror y dejó 30.000 desaparecidos, y heridas... y daños en la sociedad que van a dejar secuelas por varias generaciones. Es importante recordar... para no volver a cometer los mismos errores y tener claro que esta democracia (imperfecta, probablemente) que tenemos hoy, costó los sueños y las vidas de muchas buenas personas; así que hay que defenderla.

Mi homenaje desde El Burlador tiene que ver con destacar -a su vez- otros tres homenajes en afiches de colegas diseñadores y de un grupo muralista, que reflexionaron en distinto tiempo sobre el aniversario del 24 de marzo de 1976. Vean el trabajo de: María Florencia Ríos, Agustín Sciannamea (Cátedra Gabriele), Román Giannecchini y la Brigada Jorge Calvo (2).

Feliz 2011 (de Eduardo Galeano)

Ojalá seamos dignos de la desesperada esperanza.
Ojalá podamos tener el coraje de estar solos y la valentía de arriesgarnos a estar juntos, porque de nada sirve un diente fuera de la boca, ni un dedo fuera de la mano.
Ojalá podamos ser desobedientes, cada vez que recibimos órdenes que humillan nuestra conciencia o violan nuestro sentido común.
Ojalá podamos merecer que nos llamen locos, como han sido llamadas locas las Madres de Plaza de Mayo, por cometer la locura de negarnos a olvidar en los tiempos de la amnesia obligatoria.
Ojalá podamos ser tan porfiados para seguir creyendo, contra toda evidencia, que la condición humana vale la pena, porque hemos sido mal hechos, pero no estamos terminados.
Ojalá podamos ser capaces de seguir caminando los caminos del viento, a pesar de las caídas y las traiciones y las derrotas, porque la historia continúa, más allá de nosotros, y cuando ella dice adiós, está diciendo: hasta luego.
Ojalá podamos mantener viva la certeza de que es posible ser compatriota y contemporáneo de todo aquel que viva animado por la voluntad de justicia y la voluntad de belleza, nazca donde nazca y viva cuando viva, porque no tienen fronteras los mapas del alma ni del tiempo.