La primera postal de la historia, una simple tarjeta en blanco con el sello preimpreso, se creó en el Imperio Austrohúngaro. Desde entonces, la intervención de ilustradores, diseñadores, artistas y avezados usuarios de la correspondencia postal, ha dotado al medio de una sofisticación inimaginable. (fuente: FL@33)
Hace relativamente pocos años que empezaron a aparecer las publicaciones conformadas por postales de autor. Con una impronta de edición independiente y un espíritu colaborativo, se presentaron como una posible vidriera para diseñadores e ilustradores jóvenes que querían darse a conocer. Aquí en la Argentina hubo proyecto pioneros como Terrorismo Gráfico y otros que lo sucedieron como Postal Social. Como sea no deja de sorprender el hecho de que aparezcan ediciones como la del estudio FL@33, con el sello de Gustavo Gili. ¿Será nomás que las postales de diseño son un formato editorial que ha llegado para quedarse?
Visto en Blog.Fabrica.
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