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Barack Obama está vestido con una túnica musulmán, detrás suyo cuelga de la pared un retrato de Bin Laden y más abajo, en el hogar a leña, se quema la bandera norteamericana. El senador Obama está chocando el puño en señal de festejo con su mujer Michelle que porta una ametralladora, charretera y viste un atuendo guerrillero. (Click en la imagen para agrandar).
En el país del fuego amigo las lealtades, en el último tramo de las campañas presidenciales, se parecen cada vez más a un pacto entre piratas. Por lo menos eso parecería desprenderse de las ofuscadas declaraciones de Bill Burton, el vocero de Obama, como respuesta a la controversial tapa de The New Yorker donde se publica la ilustración que acabo de describir. David Remnick, director de la revista habría dicho a Daily News: "Nuestra portada sobre la 'política del miedo' combina una serie de imágenes fantasiosas acerca de los Obama y las muestra como obvias distorsiones" (fuente: Clarín). Más claro, echale petróleo :)
Gracias, Marcelo (¡!).
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