Mi primera impresión de este prototipo diseñado por Tobias Moller y Rasmus Erixon fue muy buena: un envase triangular que se abre con un troquel en el centro, dejando tres vértices como tres compartimentos individuales. Pero todo cambió cuando vi que se trataba de un producto comestible (un sándwich wrap) y que además estaba pensado para comer al paso.
Voy a dejar de lado que, genéricamente, no se parezca a los envases de su clase. Supongamos que tiene un valor en la innovación y que está diseñado para el mercado sueco, de donde son originarios sus autores. No obstante hay dos consideraciones que hacer. La primera: si bien la apertura deja en compartimentos separados cada uno de los wrap ¿qué pasa cuando está cerrado... por qué no habrían de salirse de sus vértices?
La segunda cuestión tiene que ver con su situación de uso, como comida para consumir en la calle: no estoy para nada seguro que sea cómodo y estable el envase abierto llevado a la mano por una persona que, además, está en movimiento. ¿Qué opinan?
Visto en Alden.
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