Pasión por leer es una interesante iniciativa puesta en funcionamiento durante la
Copa América que se disputa en este momento en Argentina. El
Ministerio de Educación de la Nación y la Secretaría de Deporte distribuirán a la entrada de los estadios, medio millón de libros con cuentos de fútbol de autores latinoamericanos de los países -justamente- que disputan el torneo.
De Argentina: Fóbal del grande, de Ernesto Sábato; Nunca jamás, de Walter Saavedra, y El Míster Peregrino Fernández, de Osvaldo Soriano. De Brasil: Abril, en Río, en 1970, de Rubem Fonseca; Bolivia: Dochera de Edmundo Paz Soldán; Uruguay: Puntero izquierdo de Mario Benedetti; Perú: Pasalacqua y la libertad de Alfredo Bryce Echenique; Paraguay: El crack de Augusto Roa Bastos; México: Última convocatoria de Juan Villoro. De Colombia: El juramento de Gabriel García Márquez y ¡Dele duro, monseñor! De Daniel Samper Pizano; Chile: El travesaño y El partido del siglo, de Reinaldo Marchant; Ecuador: Segundo tiempo de Carlos Béjar Portilla y Cuando me gustaba el fútbol de Raúl Pérez Torres. De Venezuela: El llanero solitario tiene la cabeza pelada como un cepillo de dientes, de Francisco Massiani; y de Costa Rica: Vuelo supremo de Julián Marchena y El guardapelo de Carlos Gagini. Finalmente, el Ministerio de Educación repartirá en las escuelas públicas de todo el país ejemplares del libro Anécdotas y curiosidades de la Copa América, de Ediciones Al Arco.
En tiempos donde el fútbol pareciera estar divorciado de la educación, la tolerancia y la pasión genuina... En tiempos, además, donde se menosprecia al libro como vehículo de la cultura, frente a los soportes digitales... Entonces es, pues, toda una apuesta la de reconciliar ambas instancias y fomentar que la arena deportiva sea además un encuentro de tradiciones literarias que hermanen más allá del juego.
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