¿Será así nomás... que el Poder corrompe?. Es un pensamiento que me sobrevuela desde hace mucho. Y volvió ayer mientras escuchaba las noticias que hablaban sobre nuestros nefastos últimos dos Presidentes, que se niegan a declarar, se niegan a aceptar sus errores, viven en una realidad paralela.
Y si es así... ¿qué nos cabe esperar de nuestro actual mandatario? ¿estará sufriendo una lenta transformación? ¿se despertará el Hyde que lleva escondido alguna mañana de éstas?
¿Y a nosotros... que nos correspondería hacer?, ¿se puede construir Poder real desde una estructura menos personalista, más horizontal?, ¿se evitaría así perder la conexión representantes-representados y que el ejercicio de la Función Pública se degenere en la búsqueda de un beneficio personal?
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